¿Qué hacer al ver síntomas en tu hijo?
- Silvana Giachero
- 8 sept 2024
- 4 Min. de lectura
¿Qué deberían hacer los padres cuando observan síntomas en su hijo que podrían ser consecuencia del bullying, o si tienen la suerte de que su hijo sea uno de los dos de cada diez que lo cuentan?

En primer lugar, si detectan síntomas, es recomendable hablar con sus hijos e intentar que ellos confíen en ustedes y se lo comuniquen. ¿Cómo pueden lograr esto? Expresándoles que notan que algo no está bien, que pueden estar pasando por una situación difícil en la escuela o el instituto, que están preocupados por ellos, que confíen en ustedes para encontrar una solución, pero siempre poniendo su bienestar como prioridad. Hablen sobre lo que es el bullying, vean algún vídeo juntos (Es recomendable y cercano a ellos un material que ofrece Cartoon Network en http://bastadebullying.com/videos.php), ya que puede ocurrir que ni siquiera el propio niño se haya dado cuenta de que lo está sufriendo.
Si el niño no menciona nada, entonces sigan observándolo de cerca, vayan a hablar con sus profesores, con la psicóloga de la institución, el personal administrativo, quienes a veces tienen más conocimiento y perciben más que los demás, también hablen con los amigos de su hijo e incluso con los padres de estos. A menudo, los compañeros comentan a sus padres lo que está ocurriendo, o pueden haber presenciado algún acto de violencia hacia la víctima cuando van a recoger a sus hijos a la salida.
Si confirman el acoso o si su hijo se lo cuenta, entonces primero deben actuar con mucha calma y buscar asesoramiento psicológico con expertos en el tema en quienes confíen. ¿Qué significa esto? Algunos padres me han contado que consultaron a un profesional que afirmaba tener conocimiento del tema, pero que trataba al niño como si el problema estuviera en él y pretendía enseñarle cómo enfrentarlo. No deben permitir esto. Si el profesional al que acuden primero intenta buscar en la víctima la responsabilidad de lo que le ocurre, es porque no está familiarizado con el tema. Además, al interpretar las consecuencias como las causas del problema, está justificando la violencia que sufre el niño. Esto ocurre más a menudo de lo que nos gustaría, por lo tanto, es importante que lo sepan: sucede con más frecuencia de la deseada.
Cuando consulten al especialista, si este es terapeuta en EMDR, mejor aún, porque será capaz de detectar rápidamente los síntomas del TEPT y, al reconocer el daño, no dudará del acoso, del cual nunca debería dudar hasta no escuchar a la víctima, ya que la verdad técnica radica en ella. Por eso es aconsejable que ambos padres asistan a la consulta, en la medida de lo posible, con su hijo.
Si se determina que no es víctima, igualmente hay que solicitar un seguimiento o una segunda opinión, porque si está en la fase inicial puede pasar desapercibido y la detección precoz es la que tiene mejor pronóstico.
Lo que se debería hacer una vez confirmado, lo que siempre debería ocurrir en la primera consulta, es tratar el caso como una urgencia y una emergencia: pedirles que no lleven al niño al colegio durante unos días, que hablen inmediatamente con la dirección y presenten una denuncia por escrito con copia sellada, solicitando que detengan el acoso en un plazo de veinticuatro horas.
Si esto no ocurre, entonces deben recurrir a un abogado para presentar la denuncia de manera más formal, también de manera inmediata. (Esto sucede después de que los padres hayan hablado con el centro educativo sin obtener apoyo). Si aún así no ocurre nada o, peor aún, culpan a su hijo de ser el problema, entonces deben sacarlo de allí de manera urgente.

Sí, entendemos que no es justo, que es complicado, que de esta manera no se soluciona el problema de fondo, que esto genera un cambio drástico a nivel familiar, que su hijo puede no querer irse de allí. Pero lo que ustedes no están viendo es lo que vemos todos los días en la consulta: su hijo no solo se va a enfermar más, porque el problema no se detendrá, sino que podría llegar a morir. Entonces, ¿Qué es lo injusto?
En estos casos, a menudo todo sucede tan rápidamente, es tan angustiante y desconcertante, que los padres quedan desorientados, paralizados y no saben qué sería lo mejor o lo menos perjudicial. Saquen a su hijo de ese "campo de concentración", como lo expresan las víctimas, no sean cómplices, porque luego el precio a pagar será muy alto.
De modo que los pasos más acertados son:
Escuchar y siempre creer en su hijo
Darle tranquilidad
Decirles que ustedes, los padres, van a encontrar la manera de resolverlo
Decirle que no se preocupe: que no van a hacer ningún lío
Permanecer tranquilos, sin desesperarse
Enviarlo a terapia en EMDR.
Luego del diagnóstico ir a hablar con el docente y la dirección, hacer la denuncia formal en forma oral, luego en forma escrita y si no hacen nada hacerla en lo penal.
Cuando la víctima está sufriendo CiberBullying, si bien es más difícil que lo cuente, hay que estar atentos a los que escriben y le escriben por las redes o los celulares, siempre hay que estar monitoreando. Si descubrimos que esto pasa hay que hacer captura de pantalla, porque son pruebas, y pedirle a su hijo que por un tiempo se aleje de las redes, que ustedes le van a monitorear solo para tener más pruebas y hacer la denuncia en Delitos Informáticos. Pero si además esto pasa en el centro de estudios, harán lo mismo que en los casos de Bullying.
Lo que tiene que saber la víctima en estos casos es que no debe contestar, no hacer un mínimo comentario, porque si no crece más, se potencia. La diferencia entre el Bullying y CiberBullying es que este último es visible y deja pruebas, pero es más doloroso, porque invade toda la vida de la víctima.
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